domingo, 4 de enero de 2015

COMENTARIO A TIEMPO



COMENTARIO A TIEMPO
LA CORTE Y SU FLAMANTE PRESIDENTE
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para lunes 5 de enero de 2015


El segundo día del nuevo año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, tiene flamante presidente, que simultáneamente es del Consejo de la Judicatura Federal, es decir, es la figura más relevante y a la vez más comprometida del país en el Poder Judicial, uno de los tres que contempla nuestra Carta Magna, aunado a lo anterior en conjunto con sus colegas ministros que componen pleno son los únicos encargados de interpretar y hacer cumplir la Constitución.
  
Tal honor, y como ya dijimos, tal responsabilidad recayó tras 32 votaciones y 29 de ellas en desesperantes empates, en el ministro, Luis María Aguilar Morales, un jurisconsulto con carrera en el poder judicial que supera los 45 años.

Según transcendió, puesto que no ha sido negada la especulación, quien destrabó la maratónica sesión electoral del máximo tribunal, puesto que durante esas 29 veces resultaba empatado con su homólogo, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, fue el anterior ministro presidente, Juan N. Silva Meza, quien de acuerdo al Reglamento había terminado su periodo de 4 años el pasado 31 de diciembre.

Todos los ciudadanos que así lo decidimos fuimos testigos de la maratónica sesión plenaria electoral, gracias a la Reforma de la Corte de 1995 y a las modernas tecnologías que permiten que el Poder Judicial tenga su propio canal de televisión.

Dos aspectos sobresalen y son dignos de abordarlos: el primero es en el sentido de que los candidatos a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se les ubicaba como favoritos de Los Pinos, fueron desechados en las dos primeras rondas y otro se salió de la contienda, así como los perfiles de los ministros finalistas.

Así es, antes de iniciar las rondas de votaciones, el ministro, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena declinó participar porque, dijo, no tenía el consenso necesario; en la primera fueron eliminados ya que sólo alcanzaron un voto –el de ellos mismos, porque así lo permite el reglamento la ministra, Margarita Luna Ramos y Jorge Mario Pardo Rebolledo. En la segunda salió Fernando Franco González Salas quien obtuvo dos votos. Así sólo quedaron Zaldivar y Aguilar. Por lo tanto la nueva Presidencia de la Corte carece del estigma de promoción de un poder diferente.

Se dice y con razón que el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea representa la ala progresista de la Corte, sin embargo al nuevo presidente, Luis María Aguilar Morales no se le puede calificar de conservador, baste apuntar que si se le critica que sumó su voto a otros 8 ministros para anular la realización de la consulta popular sobre la Reforma Energética y elaboró el proyecto que validó el decreto presidencial que liquidó la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, actuó de manera diferente en dos asuntos que se consideran socialmente de avanzada.

Votó a favor de declarar constitucional la Reforma al Código Civil del Distrito Federal que legítima el matrimonio entre personas del mismo sexo, también a favor de la interrupción del embarazo y la geolocalización en tiempo real cuando se trate de investigaciones sobre el crimen organizado

El nuevo presidente de la Corte, Luis María Aguilar Morales nació en la ciudad de México el 4 de noviembre de 1949, es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, el 15 de octubre de 1968 ingresó al Poder Judicial Federal como Taquimecanógrafo Judicial "F" en el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y de ahí una carrera fecunda que lo llevó a la Presidencia de la Corte.

Del flamante Presidente, dependerá que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se convierta en lo que todos esperamos: un Tribunal respetado y respetable y no como ha caído constantemente, como una “suprema”, en recuerdo, similitud y correspondencia a esa veladora de tal marca, que servía para eso y lo mismo: no servía porque se apagaba continuamente, era inconstante, inestable, en una palabra: inservible y traicionera, en este caso al pueblo de México.

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