COMENTARIO A TIEMPO
PARTIÓ MARCO AURELIO CARBALLO
Por Teodoro Rentería Arróyave
Al querido amigo y gran colega, Josué Beutelspacher
Huízar por su pronta y segura recuperación.
CUERNAVACA, MORELOS. El gran reportero, el
libre escritor, el novelista irreverente y cabal amigo, Marco Aurelio Carballo
entró, por decisión propia, al viaje del éter eterno.
Varios amigos, por los medios
cibernéticos nos dieron la noticia, que no por esperada, deja de ser triste e hiere
el alma.
Sin embargo, cuando inicié un recorrido
por las web de los medios, ni la más mínima referencia al deceso del reconocido
colega, en un momento hasta dudé de la información no obstante los antecedentes
de sobra conocidos.
Que bueno que sea así, por lo que aconsejaban
los antiguos maestros del periodismo: “Cuando el periodista es noticia, se
pierde el sentido más puro del oficio o de la profesión”.
Se trataba ahora de la partida física del
querido colega, una partida que fue consecuencia de esas terribles enfermedades
terminales, que te enteras de la misma y aparte de enfrentar la realidad ves
sufrir a los tuyos.
Un tumor le fue detectado, con entereza y
valentía lo enfrentó Carballo; cuando se suponía que ya lo había superado, se
presentó la maldita metástasis y vuelta a los médicos que le expusieron la
terrible disyuntiva.
Otra vez el tráfago de los exámenes, la
cirugía y la quimioterapia sin mayores esperanzas, Marco Aurelio prefirió lo
breve con calidad de vida.
No pertenecí a su circulo exclusivo de
camaradas colegas en la profesión y en la parranda, pero sí fuimos amigos y
compartíamos ideas, posiciones y una amistad respetuosa.
Ingresó al Club Primera Plana, cuando nos
tocó la presidencia, recuerdo lo afilado de sus preguntas a los invitados en
las sesiones comidas de trabajo.
Con motivo del programa desplegado cuando
director general del Instituto Mexicano de la Radio, IMER, en Chiapas fue la
mayor expansión, gocé de su Soconusco y cuando menos cuatro noches conocí de su
casa y de sus guaridas.
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