COMENTARIO
A TIEMPO
UN
HOMBRE DE IZQUIERDA
Por
Teodoro Rentería Arróyave
Como
era de esperarse, la toma de posesión de un verdadero militante de la izquierda
mexicana, Graco Ramírez Abreu, como Gobernador Constitucional del estado de
Morelos, vecino al sur de la capital de la República, resultó un acto de
significación popular y a la vez de civilidad republicana.
Es
de resaltarse, que es la primera ocasión en que dicha entidad que creara el
benemérito de las Américas, presidente Benito Juárez García, será gobernada,
repetimos, por un verdadero hombre de izquierda, puesto que Graco Ramírez desde
siempre ha sido un verdadero y respetado militante de esa ideología política.
Decimos
que fue popular, porque el flamante mandatario no quiso que el acto
protocolario se realizara en un recinto cerrado, escogió la Plaza de Armas de
la ciudad capital, Cuernavaca, es decir, la plaza pública, para que el pueblo,
y no solamente las elites, fueran testigo del acto solemne.
Por
esa actitud de congruencia política, a la ceremonia asistieron líderes de todas
las corrientes políticas, como debe de ser, en un gobierno que se precie de
democrático.
En
su mensaje de toma de posesión, Ramírez Abreu destacó, aparte de los
señalamientos de la realidad grave que vive el estado, su decisión, porque así
lo exigen los tiempos actuales, de “construir acuerdos para alcanzar el bien
común de México en coordinación y reciprocidad con el presidente electo de la
Republica, el priista Enrique Peña Nieto”.
Declaración,
que para bien del país, se aúna a la posición enunciada tanto por el presidente
nacional del Partido del Revolución Democrática, Jesús Zambrano Grijalva, como
la del jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, en el
sentido de que “es mejor que el PRD se prepare mas para gobernar que para la
protesta”.
Ahí,
ante el gobernador saliente, militante del Partido Acción Nacional, PAN, Marco
Antonio Adame Castillo, el entrante Graco Ramírez se refirió al gravísimo
problema de la inseguridad que hereda, al tiempo de hacer compromiso con la
siguiente frase: “en este gobierno ni omisión ni complicidad, preferimos a
jóvenes becarios y no jóvenes sicarios”, palabras que también fueron escuchadas
por le representante del saliente presidente Felipe Calderón Hinojosa, su secretario
de Energía, Jordy Hernán Herrera Flores.
En
esa dinámica, el flamante gobernador solicitó el rescate de 200 millones de
pesos que fueron presupuestados para el gobierno que termina sin haberlos
ejercido, porque de ahora en adelante, enfatizo, son necesarios todos los
apoyos extraordinarios para combatir con eficacia el rezago social y la crisis
de seguridad pública que abaten al estado de Morelos.
Para
dar idea de la pluralidad asistente al acto, ahí estuvieron el líder senatorial
del Partido Revolucionario Institucional, PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, el
representante del presidente electo, por cierto su principal operador político,
Luis Miranda Nava, por el PAN acudió el diputado José González Morfín.
Asistieron,
además los gobernadores, del Estado de México, el priista Eruviel Ávila
Villegas, por la izquierdas, los jefes de gobierno del Distrito federal saliente
y entrante, Marcelo Ebrard Casaubón y Miguel Ángel Mancera Espinosa, así como
el gobernador electo de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez y los aliancistas, Gabino
Cue de Oaxaca, Mario López Valdez, Malova, de Sinaloa y Rafael Moreno Valle de
Puebla, muy importantes las presencias del rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México, doctor José Narro Robles y el líder moral del PRD,
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Toma
de posesión de un hombre de izquierda, Graco Ramírez Abreu como gobernador del
estado de Morelos, popular, civilizada y de compromisos.
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