lunes, 28 de septiembre de 2015

Mexico D. F. La Columna de Teodoro



COMENTARIO A TIEMPO
TENÍA QUE SER LATINOAMERICANO
Por Teodoro Rentería Arróyave

A la manera del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, tenía que llegar un Papa latinoamericano, el argentino Francisco, para que cuando menos se refrescara o se aireara la política internacional, tal se logró con sus certeros axiomas pronunciados a lo largo de sus viajes por la República de Cuba y por Estados Unidos.

En primer lugar su llamado en el mismo Capitolio de la gran potencia, para abolir en todo el mundo la pena de muerte, al explicar que la dignidad de la vida está por encima de cualquier legislación de país soberano.  

En Cuba, en el Congreso estadounidense y en Asamblea General de Naciones Unidas, Francisco dejó su huella de un hombre de su tiempo, al grado tal que provocó lagrimas de no pocos personajes de la ultraderecha estadounidense.

Como debe ser, lanzó por delante el mea culpa, al asegurar que la Iglesia no debe repetir los “crímenes” del pasado, al tiempo que pidió el cese del brutal embargo económico impuesto por Estados a la pequeña isla caribeña.

Francisco fue contundente en su condena al “pobre” combate al narcotráfico, al expresar: “Quisiera hacer mención a otro tipo de conflictividad no siempre tan explicitada pero que silenciosamente viene cobrando la muerte de millones de personas. Otra clase de guerra viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del narcotráfico: una guerra asumida y pobremente combatida.

“Como el hijo de un inmigrante, estoy feliz de ser un huésped de este país que fue forjado por ese tipo de familia”. Siéntanse orgullosos de ser inmigrantes y no claudiquen, y agregó: “Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros”.

No podemos dejar a las generaciones futuras el imperioso tema del cambio climático, expresó el Papa nosotros debemos de resolverlo.

Desnudó a los organismos financieros internacionales, al decir que han de velar por el desarrollo sostenible de los países, sin embargo denunció “la sumisión asfixiante a que obligan estos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.

Al final de su visita por América, Francisco lanzó una frase que desde luego rechazamos y que va a provocar toda clase de polémicas, porque la misma contradice lo antes dicho, al calificar de “un “trágico error” la legalización de matrimonios gay. Aun así, el balance es positivo del primer Papa latinoamericano.

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