martes, 22 de septiembre de 2015

Mexico D. F. La Columna de Teodoro



COMENTARIO A TIEMPO
FUERON MÁS DE 40 MIL LOS MUERTOS
Por Teodoro Rentería Arróyave

SEGUNDA PARTE

Nunca creímos en la versión oficial de que el terremoto del 85 había dejado un saldo trágico de 4 mil 500 víctimas, no una fueron docenas de veces que recorrimos las zonas siniestradas, por eso podemos afirmar que fueron más de 40 mil los muertos. Sólo en el multifamiliar Juárez, el que se erguía imponente en los terrenos que fueron del Estadio Nacional, frente al Centro Hospitalario Siglo XII del Instituto Mexicano del Seguro Social, murieron más de 3 mil compatriotas, por eso se escogió el ahora desaparecido Estadio Delta de Beisbol como la morgue para recibir tantos cadáveres.

Todo esto lo dijimos a través del Sistema Nacional de Noticiarios que creamos en el Instituto Mexicano de la Radio, IMER, con el disgusto de algunos funcionarios muy menores, esta absoluta libertad la logramos porque desde un principio el Presidente, Miguel de la Madrid Hurtado apoyó que hiciéramos una radiodifusión de Estado, no de Gobierno.      

A través de esa llamada, que logramos con NOTIMEX, gracias a la atingencia del Gobernador de Sonora, Félix Valdés, como lo describimos en la anterior entrega,    tomamos la determinación de que “todas las estaciones del IMER se enlazaran ante la emergencia, orden que se cumplió durante 3 meses y las más potentes, XEB y Radio México Internacional, 5 meses, además suprimimos la programación habitual, dedicamos las transmisiones a la información del sismo y al trabajo social.

Es de destacarse que Radio México, fue el único enlace con el extranjero y en muchos días para que los mexicanos y parientes residentes en el exterior pudieran saber sobre la situación de sus familiares. Por ello, posteriormente se nos entregó el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Periodismo Social.  

Cabe decir que todos los funcionarnos de gira de trabajo por Hermosillo, tuvimos un gran alivio, puesto que también por esa misma línea telefónica nos enteramos que nuestros familiares estaban a salvo. La situación en el edificio del IMER, fue distinta, los primeros informes nos hacían saber de 18 muertos, al final se contabilizaron 27.

Nuestra historia en el avión fue la siguiente, con los protocolos de costumbre abordamos la nave de Aeroméxico y exacto cuando correteaba en la pista para alzar el vuelo, dieron las 7:19, y el aparato respondió al movimiento telúrico, se movía de un lado al otro, todavía no caía plena la luz del día, los arbotantes del puerto aéreo oscilaban como péndulos al revés.

Desde la cabina, el piloto nos informó que había sido un temblor y que sólo había causado cuarteaduras en el edificio central, volvió a tomar pista y despegamos, mi olfato de reportero, me avisó que algo andaba mal, sobre todo al percatarme de que una nube espesa cubría a la Ciudad, era el polvo de los derrumbes que provocó el Terremoto de 8.3 grados en la escala de Richter. No dije nada para no alarmar más al pasaje; con el cuento de ir al servicio, interrogué a la tripulación, la Torre de Control nos niega toda información. La Ciudad de México era un caos y el país también. CONTINUARÁ.

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