viernes, 7 de agosto de 2015

Mexico D.F. : La Columna



COMENTARIO A TIEMPO
DESPROTEGIDOS
Por Teodoro Rentería Arróyave

A pesar de los esfuerzos que se realizaron para que se legislara a favor de los periodistas perseguidos o amenazados, sobre todo del Gremio Organizado, tenemos que concluir que dichos mandamientos son un rotundo fracaso.

Dígalo sino la incesante e imparable ola de violencia en contra de los comunicadores que se inicia en el 2000, a tal grado que la contabilidad lúgubre nos hace saber que son 152 homicidios y 24 desapariciones forzadas, a reserva de los resultados de un nuevo ejercicio de investigación que estamos realizando, puesto que muchos de estos crímenes contra las libertades de prensa y expresión no tuvieron difusión a petición de los familiares por diferentes y respetables razones.

Por qué son un profundo fracaso, simple, porque también se nos atravesó el poder, puesto que se aprobó una ley a modo. No estamos diciendo nada nuevo, en el momento preciso lo señalamos y por ello el Gremio Organizado se negó a participar o responder a la convocatoria para la selección de los integrantes del Consejo Consultivo de la Junta de Gobierno del Mecanismo para la prevención y protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

Lo dijimos también en su momento, los dados estaban cargados a favor de los candidatos a modo del gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Más tarde los hechos nos dieron la razón, los miembros de dicho Consejo se empezaron a pelear entre sí.

La falla más grave, es manifiesta, no se actúa de inmediato. Cuando el periodista, recurre a dicha protección que le otorga la ley, el Comité tiene que ser convocado, se discute su asunto, mientras ello ocurre el comunicador es agredido verbal o físicamente, asesinado o es víctima de desaparición forzada; además de que, en la mayoría de los casos, se desecha otorgarle la protección a que tiene derecho con los resultados trágicos de todos conocidos. En fin, todos colaboran a que siga imperando la vergonzosa y vergonzante impunidad.

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